El Camino Bíblico a la Bendición revela el perenne deseo de Dios de bendecir a sus hijos obedientes. Cada momento de paz, alegría, seguridad, salud y abundancia material, son manifestaciones de las bendiciones del Padre. No obstante, Dios no nos bendice solo por bendecirnos. El nos bendice para que podamos bendecir a otros. Muchos no logran disfrutar a plenitud las bendiciones que Dios ha preparado específicamente para ellos debido a que no son dadivosos. Al apegarse a lo que poseen, no están actuando como mayordomos responsables, eliminando así toda posibilidad de bendiciones futuras.